Caso $LIBRA: Acusan a Milei en Nueva York por posteo engañoso

Una demanda colectiva en Nueva York acusa a Javier Milei de promover un esquema cripto que resultó en pérdidas significativas para los inversores.
Un gran queso suizo con agujeros, sobre el cual se proyecta la sombra alargada y grotesca de una mentira. Representa: Caso $LIBRA: acusan a Milei en Nueva York de haber posteado una declaración “altamente engañosa”

El Eco de un Posteo en Tribunales

Parece que las palabras, especialmente las que se publican en redes sociales con millones de seguidores, tienen una curiosa tendencia a materializarse. A veces en forma de votos, otras en forma de citaciones judiciales. En este capítulo de la saga donde la nueva economía se encuentra con la vieja justicia, un grupo de inversores ha decidido que ya tuvo suficiente. Presentaron una demanda colectiva en un tribunal de Nueva York, y en el centro del escenario, junto a otros nombres conocidos, se encuentra el del actual presidente, Javier Milei.

La acusación es directa y no se anda con vueltas: se lo señala, junto al influencer Santiago Maratea y otros implicados, por haber participado en la promoción de lo que los demandantes califican como un esquema fraudulento. El protagonista de esta obra es un activo digital llamado $LIBRA (LBR), operado por una empresa llamada CoinX. Los inversores, que ahora buscan recuperar su dinero, alegan haber sido víctimas de un clásico “pump and dump”. Un término técnico que, despojado de su jerga, describe un truco bastante antiguo: inflar artificialmente el valor de algo para luego venderlo en el pico más alto, dejando al resto con un activo que no vale ni el silicio en el que fue programado.

El núcleo de la demanda contra Milei se concentra en un posteo de Instagram de diciembre de 2021. En él, se lo veía sonriente en las oficinas de CoinX, recomendando la plataforma. Un gesto, una publicación, que según los demandantes fue “altamente engañosa”. Es fascinante observar cómo un puñado de caracteres y una foto pueden adquirir tanto peso. El peso suficiente para convencer a una pila de gente de que estaban ante la oportunidad de sus vidas, y ahora, el peso suficiente para convertirse en una pieza clave de evidencia en una corte extranjera. Pasaron cosas, y esas cosas ahora tienen un número de expediente.

La Anatomía de la «Libertad» Financiera

Para entender el fondo del asunto, hay que desarmar el motor de esta supuesta innovación. CoinX se presentaba como una plataforma que permitiría a los usuarios gestionar sus criptomonedas y, por supuesto, prometía rendimientos extraordinarios. Su token nativo, $LIBRA, era la llave de este paraíso financiero descentralizado. La narrativa era la de siempre, la que nunca falla: una herramienta para que la gente común escape de las garras del sistema financiero tradicional, los bancos y la inflación. Una oda a la libertad, servida en un plato digital.

Y para que el mensaje llegara con fuerza, qué mejor que la voz de quienes ya se habían erigido como críticos de ese mismo sistema. El posteo de Javier Milei es una pieza de estudio. No solo por la foto, sino por el texto que la acompañaba: “Me cuentan que la están rompiendo con una plataforma para invertir en crypto y que además te la súper simplifican. Excelente”. Y remataba con una frase que, vista en retrospectiva, es una obra maestra de la ironía: “¡Acá les paso el dato así la ven ustedes mismos y después me cuentan! ¡Recuerden! No se dejen estafar, busquen a los que saben”. Aconsejar no dejarse estafar mientras se promociona algo que terminaría siendo catalogado precisamente como eso es, como mínimo, una paradoja digna de análisis.

Este tipo de promoción funciona como un acelerador. La palabra de una figura pública con credibilidad en ciertos círculos actúa como combustible para cohetes. El precio del token $LIBRA, que hasta entonces era una nota al pie de página en el vasto universo cripto, se disparó. Esto es el “pump”. Una multitud de pequeños inversores, atraídos por la promesa de ganancias rápidas y el respaldo de caras conocidas, compran en masa. Lo que no suelen ver es que los creadores y los primeros “iniciados” ya están posicionados, con los bolsillos llenos de tokens adquiridos a un costo ínfimo. Luego, cuando el precio está en su apogeo, llega el “dump”. Los de adentro venden sus tenencias masivamente, el mercado se inunda, el precio se desploma y el cohete vuelve a tierra sin paracaídas. Los últimos en llegar, los que compraron en la cresta de la ola, se quedan con un activo digital sin valor y una lección sobre la gravedad.

Cuando la Fama Cotiza en Bolsa (de Arena)

El caso $LIBRA no es un evento aislado; es un síntoma. Expone la delicada y a menudo tóxica relación entre la fama, la influencia en redes sociales y los mercados no regulados. Un influencer, ya sea un economista, un deportista o una celebridad de la televisión, posee un capital invaluable: la confianza de su audiencia. Cuando ese capital se utiliza para promocionar un producto financiero, las líneas se vuelven borrosas.

La participación de figuras como Milei o Maratea fue crucial para darle al proyecto un aura de legitimidad. No era un anónimo en un foro de internet; eran ellos, personas con una exposición mediática masiva, los que parecían dar su visto bueno. Esto genera un efecto de manada, un miedo a quedarse afuera (FOMO, en la jerga). Si ellos, que “saben”, están adentro, ¿cómo voy a perdérmelo yo? Es una estrategia de marketing tan vieja como el mundo, pero potenciada a una escala sin precedentes por el alcance de las redes sociales.

La cuestión de fondo es la responsabilidad. ¿Puede una figura pública simplemente “pasar el dato” sobre una inversión sin asumir ninguna consecuencia? La defensa, previsiblemente, argumentará que no se dio un consejo financiero explícito, que solo se compartió información. Un tecnicismo legal que choca de frente con la realidad de la influencia. Para el seguidor promedio, un posteo así no es mera información; es una recomendación implícita, un sello de aprobación. Es como si el mecánico de confianza te recomendara una marca de aceite para el auto; uno no se pone a hacer un análisis químico del producto, simplemente confía. Aquí, el auto terminó fundido, y ahora el debate es si el mecánico solo estaba comentando sobre el lindo color de la botella.

De la Red Social al Banquillo de los Acusados

La demanda presentada en Nueva York no se enfoca en la ética, sino en la ley. Los demandantes argumentan que los promocionadores de $LIBRA actuaron como “promotores de valores no registrados”, violando las leyes de valores de Estados Unidos. Según esta visión, el token $LIBRA no era solo una moneda digital, sino un “valor” (security), un instrumento de inversión que está sujeto a una estricta regulación. Y quienes lo promueven a cambio de una compensación deben registrarse y cumplir con una serie de normativas diseñadas para proteger a los inversores.

Aquí es donde el caso se pone técnico, pero la idea es simple: si algo parece una inversión, se vende como una inversión y la gente pone su guita esperando ganancias gracias al esfuerzo de otros (los desarrolladores de CoinX), entonces la ley probablemente lo trate como una inversión. Y eso viene con una pila de reglas. Reglas que, según la demanda, fueron completamente ignoradas. La justicia deberá determinar si un posteo en Instagram califica como “promoción” en los términos de la ley y si $LIBRA era, en efecto, un valor no registrado.

La defensa de Milei, a través de sus abogados, ha sido calificar la demanda de “improcedente” y de buscar un “efecto mediático”. Es la respuesta esperable. Se argumentará que su cliente no recibió un pago directo por el posteo, que simplemente visitó las oficinas y compartió su experiencia. Se insistirá en la delgada línea entre informar y aconsejar. Sin embargo, la ley estadounidense sobre promoción de valores puede ser bastante amplia, y los tribunales a menudo miran más allá de los formalismos para analizar la sustancia de una transacción. El resultado de este caso sentará un precedente interesante sobre los límites de la influencia en la era digital.

La Moraleja que Nadie Quería Escuchar

Al final del día, la historia de $LIBRA es un espejo. Refleja la ansiedad económica, el deseo universal de encontrar un atajo hacia la prosperidad y la enorme capacidad de las nuevas tecnologías para empaquetar viejas promesas en formatos novedosos y atractivos. También refleja una verdad incómoda sobre la naturaleza del liderazgo y la influencia en el siglo XXI. La capacidad de mover masas ya no reside solo en la política tradicional, sino en la palma de la mano, a través de una pantalla.

La ironía fundamental del caso es casi poética. Un hombre que construyó su carrera política sobre los pilares de la libertad individual y la crítica feroz a lo que denomina “la casta” que estafa al pueblo, ahora es acusado en el corazón del capitalismo mundial de haber facilitado un esquema que, en la práctica, le quitó el dinero a la gente común. La libertad para invertir en lo que uno quiera también incluye la libertad para ser engañado. Quizás esa sea la lección no solicitada: que en el mercado, como en la vida, no existen los almuerzos gratis. Y que a veces, las advertencias más sonoras vienen de los lugares más inesperados, incluso de uno mismo. La libertad, al parecer, requiere leer la letra chica.